jueves, 21 de abril de 2011

"La Yerra"

En los pagos del soldado,

allá metido en la sierra.

Es costumbre de una yerra

que el tiempo no va a borrar.

Ver paisanos bien plantados.

tendiendo un royo tras otro.

Y en el medio del alboroto

en un sainito y al tranco

el Dr. Ramos Barranco….

Rumbo a esa yerra don toto.

Una cerrazón helada lenta

empieza a levantarse y en el cielo

al despejarse cenicientas pinceladas,

la arboleda esta rodeada

por una densa humareda,

y como rojiza esfera que

va asomando una orilla,

corona el sol la cuchilla

que baña en luz la pradera.

En la verde rinconada donde

va a empezar la yerra hay un balerío

que aterra de la ascienda amontonada.

A una cuadra aproximada hay un

gran fogón prendido, con los tres

fierros metidos que es la marca

de la casa, confundidos con la

brasas de los talas encendidos.

Allí esta como cisnuelo de

la gente comedida, la carreta

desunida con el pértigo en el suelo,

al rodeo sin recelo

entran los enlazadores,

en pingos escarceadores,

que al ver revolear los lazos

se balancean al paso

como pisando entre flores.

Uno se viene sacando,

un pampa negro machazo

viene sentado en el lazo

la lengua afuera y balando.

Los pialadotes formando

dos filas a sus costado

revolean entusiasmados

dando se tiempo y lugar,

siempre el que sabe pialar

es el menos apurado.

Con dos rollos un volcado,

se le cierran las dos manos y a su culero

el paisano la cimbra del lazo a llevado,

se empina el majon pialado

ante el tirón que lo humilla dobla

después la rodilla,

muestra la barriga blanca,

y chicotea con el anca

sobre la verde gramilla.

Brota el humo en nube espesa

sobre del cuadril quemado

no era ma el toro apretado

en su indómita fiereza,

allí se ve con destreza

muy común en nuestros criollos

cuerpear sin capa ni embrollo

a un toro en ágil gambeta

y por sobre las paletas

pialar con toditos los rollos.

Lentos zumbidos de armada

ruidos secos de carona,

triste crujir de llorona balar de reces quemadas,

y la porfía de la perrada con los toros de la sierra,

ruidos de casco en la tierra que repercute el sanjón,

y guitarra y acordeón, al, terminarse la yerra.