jueves, 20 de octubre de 2011

Palomita Blanca

Este es un vals, del año 1929, pero es un vals hermoso, muy conocido a la vez.
La letra es de Francisco Garcia Gimenez y la música de Anselmo Alfredo Aieta.
Chalar canta este vals, en el disco "Aros de Humo", es un disco que contiene valsesitos, tangos y candombes, obviamente excelentes las doce canciones que contiene, porque a Chalar le quedaban bien todos los estilos sin lugar a dudas.
Comparto la letra con el que quiera disfrutarla.

Su ausencia esta congoja me dió,

y a veces su recuerdo es un bien

que pronto se me ahoga en dolor,

y nada me consuela

de ir siempre mas lejos, de verme sin ella...

¡Mi paso va adelante y atrás el corazón...!

El rumbo que me aleja, tan cruel,

me roba sus caricias de amor

y solo el pensamiento la ve,

la escucha embelesao,

la besa con ansias, la sientea mi lado...

¡Y voy así, soñando, mas lejos cada vez...!

Blanca palomita, que pasas volando

rumbo a la casita donde esta mi amor...

Palomita blanca, para el triste ausente

sos como una carta de recordación...

Si la ves a la que adoro

sin decir que lloro dale alguna idea

de lo muy amargo

que es vivir sin ella,

que es perder

su amante calor...

Sigan adelante, pingos de mi tropa,

que de un viento errante somos nubarrón

y en un mal de ausencia se nos va la vida

rumbo a la querencia, dándole el adiós...

Palomita blanca,

vuela noche y día

de mi nido en busca

y escribí en el cielo

con sereno vuelo.

No te olvida nunca,

solo piensa en vos...

No sabe aquel que nunca dejó

su amada a la distancia,el pesar

que al alma impone un duro rigor

que viene de ladero,

que a ratos la nombra midiendo el sendero...


Si aun no escucharon la versión de Chalar, se las puedo enviar por e-mail, porque de verdad que esta imperdible

miércoles, 24 de agosto de 2011

Martín Sierra

En las manos, el favor,
Cosas distintas reparte
En algunas pone el arte
Y en otras crispa al rigor;
Pero a veces con amor
Vuelca en ellas su caudal,
Y la que enrienda un bagual
Puede a la vez, primorosa,
Trenzar en el tiento cosas
Que solo Dios haría igual.

Enrienda en mano derecha
Pero de arriba el tirar,
Sin más padrino que el mismo
Lejos la vista al domar.

La mano de Martin Sierra
Le abrió la boca al lugar
Cortó tientos Martin Sierra
Musiqueros del sabiá.

Martín Celedonio Sierra
Prudente oficio de andar
Sin ver ni escuchar a nadie
Lo que no sirve escuchar.

Riendas, pretal y maneas
Que preparo el del bagual;
Trenza Sierra tientos nones
Cuando lo trenza al bozal.

Cuando Martin pega
Sierra no cae;
Polanquéo la vida
De gurí nomas.

Con las manos juntas
Prendido al bocao,
“dejalo que juya
Nomas el dorao.

Cuando Martín pega
Sierra no cae,
Rodaja, pigüelo,
Maneador, bozal.

Serrucha en cruzao
Bien echao pa atrás ;
Cuando Martín pega
Sierra no cae.

De Soriano al Soldado
Y se quedo nomas ;
“dejalo que juya
Nomas se dorao”
Polanqueo la vida
De gurí nomas
Cuando Martín pega
Sierra no cae.


La letra de Santos Inzaurralde y la música de Santiago Chalar, se edita en el año 1980, en un long play llamado "Del Vivir"

jueves, 21 de abril de 2011

"La Yerra"

En los pagos del soldado,

allá metido en la sierra.

Es costumbre de una yerra

que el tiempo no va a borrar.

Ver paisanos bien plantados.

tendiendo un royo tras otro.

Y en el medio del alboroto

en un sainito y al tranco

el Dr. Ramos Barranco….

Rumbo a esa yerra don toto.

Una cerrazón helada lenta

empieza a levantarse y en el cielo

al despejarse cenicientas pinceladas,

la arboleda esta rodeada

por una densa humareda,

y como rojiza esfera que

va asomando una orilla,

corona el sol la cuchilla

que baña en luz la pradera.

En la verde rinconada donde

va a empezar la yerra hay un balerío

que aterra de la ascienda amontonada.

A una cuadra aproximada hay un

gran fogón prendido, con los tres

fierros metidos que es la marca

de la casa, confundidos con la

brasas de los talas encendidos.

Allí esta como cisnuelo de

la gente comedida, la carreta

desunida con el pértigo en el suelo,

al rodeo sin recelo

entran los enlazadores,

en pingos escarceadores,

que al ver revolear los lazos

se balancean al paso

como pisando entre flores.

Uno se viene sacando,

un pampa negro machazo

viene sentado en el lazo

la lengua afuera y balando.

Los pialadotes formando

dos filas a sus costado

revolean entusiasmados

dando se tiempo y lugar,

siempre el que sabe pialar

es el menos apurado.

Con dos rollos un volcado,

se le cierran las dos manos y a su culero

el paisano la cimbra del lazo a llevado,

se empina el majon pialado

ante el tirón que lo humilla dobla

después la rodilla,

muestra la barriga blanca,

y chicotea con el anca

sobre la verde gramilla.

Brota el humo en nube espesa

sobre del cuadril quemado

no era ma el toro apretado

en su indómita fiereza,

allí se ve con destreza

muy común en nuestros criollos

cuerpear sin capa ni embrollo

a un toro en ágil gambeta

y por sobre las paletas

pialar con toditos los rollos.

Lentos zumbidos de armada

ruidos secos de carona,

triste crujir de llorona balar de reces quemadas,

y la porfía de la perrada con los toros de la sierra,

ruidos de casco en la tierra que repercute el sanjón,

y guitarra y acordeón, al, terminarse la yerra.